25.8.15

*asteriscos

Con hilo y aguja te tomo en mis brazos y doy vuelta tras vuelta. Con cada una algo se acomoda. El sol calienta los cachetes en pleno invierno, el café huele a recién molido, la seda me da besos tiernos, vos sonreís con más verdad. Creí que podía ser así, todos los días. Pero es inútil, Penélope. Cada noche deshaces todo, Penélope. 


Quiero ver esta vida con mi lado izquierdo y solo el izquierdo. Usar un parche que decante lo esencial. El misterio es la sortija y yo giro y giro y giro y giro y no la puedo agarrar. Quiero escribir algo zurdo, pero después me acuerdo que ya escribo con mi mano izquierda. Todo encaja. La sortija estuvo siempre en mis manos.
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Se forma un sendero que empieza en mi frente, se desliza hasta la punta de mi nariz. Cae al vacío. Teoría del caos. Vuelve a empezar en mi frente, pero esta vez toca mi sien derecha, cachete, oreja, y se pierde por esos recovecos. Y aunque crea que sí, en realidad, nunca vuelve a pasar por el mismo lugar. Las gotas de agua son todas distintas, y nosotros también, aunque a veces nos lo olvidemos. 


*
Hago muecas con mi cara y frunzo el ceño. Levanto una ceja, después trato de levantar la otra. Quiero que llore mi alma. Quiero hacerlo para que sepas que me importa, que me importás, pero ya gasté mis lágrimas. Me las gasté en promesas invisibles, pero ya sabes que las lágrimas no sirven. Yo igual hago fuerza. No puedo admitir que la tuya también es una promesa que se perdió.