19.1.15

Por la razón o por la fuerza

Caminar por suelo chileno es como balancearse en una cuerda floja
De un lado, caes en raíces andinas. Del otro, trepas en las ramas del capitalismo. 
Hacia la izquierda el mar hace acupuntura con tus pies,
Hacia la derecha la grandeza de la cordillera recorre el continente. 

Dormir en Chile es dejar que los latidos se aceleren
Asustarse con los aullidos de los perros
Y taparse hasta la nariz porque la brisa marina y de montaña se entremezcla en tu piel.
Dormir en Chile es como acostarse en arena movediza, a la espera de algún movimiento.

Viajar por el país de Neruda fue una aventura
Incluso si los destinos fueron pocos y no tan lejanos entre si.
Recorrer Santiago en Enero es como… 
Bueno, recorrer cualquier ciudad en pleno verano.

Dejar que el Océano Pacifico te toque es un desafío 
Como si dependiera de él querer acercarse,
Como si de un momento a otro la espuma te acariciara diciendo:
“Ahora si, te toca. Sumergite que te voy a dar calor en medio de este frío”

Acá nunca estás haciendo nada, porque acá estás
Reordenando el mapa mental
Sed al norte, su calma al sur
Las alturas y las profundidades a cada lado.

Este país tiene su propio soundtrack
Un color y melodías que roban sonrisas
Conjugaciones que dan risa, palabras inventadas
Como todas.

Pensar en Chile es monocromático
Desayunar, almorzar y cenar verde.
Madurez, suavidad, calorías.
Sinónimos de la palta. 

Andar por la capital es mirar hacia arriba
Imaginar Lo Barnechea
Y sentir el deja vu de una vida que no tuve
Pero que me contaron mis primas. 

Vuelvo a casa
Cambio de océano
Y en mi duermevela espero una sacudida
Que no va a venir; nunca va a llegar.

Sonrío
Porque ahora entiendo:
El temblor ya pasó,
Y me balanceé en él durante quince días.