29.6.13

Haikus I

1.
En el colegio
Odiaba la poesía
Mírenme ahora.

2.
Cerca es lejos.
Dos polos que se atraen:
No deberían.

3.
No es por diversión
Pelear lo inevitable
Es vida o muerte.

4.
Y desafiarla,
A la naturaleza.
Pero es muy sabia.

20.6.13

Algún día

Va a llegar el día en que esto se acabe y todo será como antes, solo que mejor.
Espero ese momento con muchas ansias, pero con la suficiente cautela como para no tener que poner mi vida en pausa hasta que pase.
No creo en lo grande, no me imagino nada trascendental. Con lo chiquito me alcanza.
Estas ganas que tengo adentro mío, esta promesa interna que consiste en no defraudarme, todo lo que me pasa lo guardo como un pequeño tesoro, prueba de que nada de esto es un capricho. Que ya pasó algo y eso no me sacó las ganas: al contrario, las ganas crecieron. Ahora ya sé lo que se siente y no me conformo con un simple recuerdo.
Vivir en el presente, confiando en lo que vendrá y hacer eso recordando el pasado. Esa es mi fórmula. No es mágica, es bien simple y sana.
Porque me permite amar sin sufrimiento.
Lo dice una gran canción:
Tarda en llegar y al final, hay recompensa.

12.6.13

Conducta en los boliches. Parte II

El hombre empieza bien arriba porque llega con todas las pilas, con todas las sustancias posibles ingeridas en su organismo, con el autoestima por las nubes y con ganas de volverse a su casa con una mina que esté buenísima. 
La mina también llega en la misma situación, tambaleándose en sus tacos de mil centímetros y con ganas de bailar, que se le acerquen pibes así los rechaza, hasta que venga uno que le parezca adecuado. 
Se les va pasando el pedo y su confianza disminuye. Se dan cuenta que nadie les da bola y sigue bajando. 
Llega hasta un punto límite en el que se dan cuenta que solo les queda: 
Para el hombre, volver en cero o bajar los estándares.
Para la mujer, resignarse a divertirse entre amigas.
El hombre baja los estándares y ahí vuelve a la acción. Recurre a gorditas o morochitas, esas que son divertidas para contar como anécdota entre amigos. Después de lograr su objetivo se siente satisfecho. Pero más tarde, cuando el pedo se le fue completamente, se da cuenta de lo que hizo y piensa: el horror. Pero qué más da, al menos alguien le dio bola.
Lo mismo piensa la chica que se había resignado pero que al final de la noche se le acercó uno a chamuyarla: se va feliz porque alguien le dio bola.
Cuando no se dan estas circunstancias ni sus variantes, entonces hay desilusión, bronca, es un golpe bajo, más bronca, noche al pedo, soy feo/a, soy un fracaso, resaca de sábado totalmente al pedo. 
No debería ser ni tan difícil ni tan doloroso llegar a esto para sentirnos bien con nosotros mismos. 

4.6.13

Un desierto

Me dejaste sin palabras.
Y sin embargo acá estoy, escribiendo.

Tenía novelas enteras en mi cabeza y poemas y frases.
Pero me robaron todo.
Y me lo robaron antes de que yo existiera.

¿Cómo?
¿Cómo encontrar las palabras?
Todo lo que te quiero contar, ya está contado.

En alguna parte del mundo, en algún momento de la historia.
Me dejaste sin palabras.
Un agujero negro que absorbe lo que lo rodea, eso sos.
No me quiero ir. No me arrastres.

Y después de todo, acá quedo yo.
Desnuda.
Porque todo lo demás ya te lo llevaste.