23.1.11

Tabula Rasa

Existen ciertos días en nuestras vidas, en los cuales es mejor empezar de cero. Hacer borrón y cuenta nueva. No soy la única persona que piensa así, yo entiendo mejor que nadie lo que es sentir que no hay más capacidad en el cerebro para incorporar conocimientos, o lo que es sentir que el alma no esta preparada para sufrir más cambios emocionales.
Es como si el cuerpo fuera una entidad aparte, o el cerebro un mapa que se va pintando según lo que va almacenando. Y cuando llega el momento de estudiar esa materia tan tediosa, que creemos que no va a hacer mas que pudrirnos las vísceras, entonces decidimos que no hay mas espacio en nuestros discos rígidos. Simplemente no vamos a aguantar llenar nuestras mentes con información tan innecesaria para nuestras vidas y para nuestro futuro. Entonces nos negamos, y nos distraemos con la primera mosca que nos vuela por encima. Y es así como esa misma mosca que mientras estabas acostada en la cama no te dejaba dormir, ahora es fascinante y te despierta todos los sentidos. Pero claro, no nos damos cuenta, que en realidad, la mosca sigue siendo igual de molesta, es solamente que ahora, nos conviene creer que es interesante y que vale la pena observarla volar.
El único gran problema que en realidad debemos afrontar todos, es el de darnos cuenta que solucionar estos conflictos es tan simple como limpiar la pizarra, borrar los colores que van llenando al mapa de nuestro cerebro, o simplemente desfragmentar nuestro disco rígido. Es tan sólo decir stop. Mirar hacia atrás, ver cuánto almacenamos, separar lo que sirve de lo que no, y así -sólo así- seguir adelante. No tengamos en cuenta hechos pasados, agarremos una tablilla nueva, insertémosla en nuestra cabeza, y hagamos de nuestras mentes una técnica de Tabula Rasa interminable. Amén.

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