5.9.11

Basta de mentiras


        Eso que anda seriamente mal con el mundo es tan grande que no hay forma de cambiarlo. O ni siquiera cambiarlo, no hay forma ni de verlo. 
Podemos ir a ejemplos concretos y conocidos públicamente, como lo que le pasó a Candela y lo que pasa todos los días por las calles, los cortes, los choques, las manifestaciones… pero también podemos mirar a quienes nos rodean, con quienes hablamos todo el tiempo, para entender que es algo que trasciende al concepto de inseguridad, de pobreza, de corrupción o de falta de educación. Es un motor en el interior de todos los seres humanos que está funcionando constantemente en modo piloto automático, y cuando decidimos encenderlo puede causar lo mismo que una bomba atómica. No hace falta leer los diarios para ver lo mal que está el mundo. Pensemos en la cantidad de veces por día que tratamos mal a alguien. 
Pensemos en todas las veces que sin proponérnoslo tenemos pensamientos egoístas, arrebatos de furia… en todas las veces que lastimamos a alguien y no somos ni capaces de darnos cuenta. 
El problema con el mundo es que cada ser humano por si solo es un potencial destructor, porque hay algo en nuestra alma que no tiene explicación racional, algo que hace que hagamos todo lo que hacemos.
Me han dicho muchas cosas, me han mentido descaradamente y me han tratado como a una niña. Ninguna respuesta me convenció, nunca. 
¿Cuál es el origen de tanta maldad? A quien sepa explicármelo- desde ya se lo digo- le prometo mi humilde bondad.

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