1.8.14

Sobre mi obsesión con las necrópolis

Es la solemnidad de sus calles laberínticas
O el arte de mármol inmortal.

Miles de historias encerradas entre paredes
Para siempre
Prisioneras de algún lugar.

Famosos e infames
En eterno descanso
En vecindad.

No es la muerte lo que me llama
Son las vidas
Que vivieron.

Y no es el morbo fascinante lo que me atrae
Ni una obsesión con los cuerpos inanimados.
Es la paz.

Caminar entre los olvidados
Es recordarlos
Traerlos devuelta a la vida.

Inhalar y exhalar muerte y sopor
Entre pobres diablos escondidos
Me hace sentir más viva que nunca.

Las necrópolis son ciudades abandonadas
En donde fantasmas se esconden entre mausoleos, criptas y cenotafios
Susurrándome sus secretos.

Los cementerios están construídos sobre el respeto inquebrantable
Se sostienen en la meditación más profunda 
Y guardan el más sagrado y perfecto silencio.

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