Mi Buenos Aires querida,
Dirán algunos recitando un viejo tango.
Yo más bien diría Buenos Aires, tan querida y tan
odiada.
Sos caprichosa y por eso no te banco.
Te enseñan a amar a tu patria desde niño, pero no se
aprende a amar hasta que no se extraña.
Y es por eso que descubrí que te quiero, Buenos
Aires querida y odiada, la primera vez que volví a pisar el suelo argentino
después de un largo viaje.
Me acuerdo como si fuera ayer el frío que hacía,
El caos que reinaba en el ambiente,
La desorganización,
Y la falta de ganas de quienes me rodeaban.
Buenos Aires, sos histérica pero me gustás, porque
todavía no logro entender cómo es que extrañaba todo eso,
Pero misteriosamente lo extrañaba
Por eso sonreí tímidamente, avanzando entre el caos.
Sos mis raíces y sos mi historia de vida, no puedo
quererte sin odiarte aunque sea un poco, porque ¿quién no odia algo de su
pasado?
Y tampoco puedo aborrecerte sin quererte otro
poquito, porque también me enseñaron desde niña que del amor al odio hay un
solo paso.
Camino por tus calles echando semillas por cada baldosa, yendo al futuro, amándote más y volviendo al presente para entenderte
mejor.
Sos historia, sos vida, sos paisaje, sos humo, sos
ruido, sos gente y bullicio, sos las puteadas de la gente, sos la verdad y la mentira, sos justa pero injusta.
Sos todo.
No sé por qué te quiero tanto y quizás nunca lo sepa.
Algunos podrán quejarse,
Otros directamente tomarán sus valijas para no
volver,
Pero yo no puedo abandonarte.
Así que acá estoy… pisándote fuerte, llorándote,
usándote, deseándote y también puteándote por ser como sos.
Pero en fin… amándote.